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Siguen los cruces por los espacios verdes y las ordenanzas aprobadas para las escuelas y el Centro de Salud Norte

La discusión por la aprobación de las ordenanzas que habilitan la construcción de escuelas en el predio del CEF y la regularización del Centro de Salud de Barrio Norte continúa generando tensiones en el ámbito político y social de Villa La Angostura.

En las últimas horas, los cruces dejaron de centrarse exclusivamente en la cuestión ambiental y normativa para apuntar también a la figura de la Defensora del Pueblo, Sara Baltanás, quien previamente había advertido sobre la cesión de espacios verdes y solicitado al Concejo Deliberante revisar las medidas.

Según trascendió desde fuentes oficiales, se cuestiona la estructura de gastos de la Defensoría local. Las críticas señalan que la funcionaria “ya tiene cinco empleados contratados” y que habría solicitado un aumento salarial al Concejo Deliberante. Además, se puso el foco en el costo operativo de la oficina, indicando que ocupa “un local con el alquiler más caro de la Villa”.

En la comparativa, se trazó un paralelo con la Defensoría del Pueblo de la vecina localidad de San Martín de los Andes, argumentando que, a pesar de tener “tres veces más población”, dicha ciudad funciona con “la misma cantidad de empleados” que la dependencia angosturense.

El origen del conflicto

La polémica de fondo se mantiene sobre el destino de las tierras. Por un lado, el Ejecutivo y el oficialismo defienden las ordenanzas aprobadas como necesarias para avanzar en infraestructura educativa y sanitaria urgente. En el caso del Centro de Salud Norte, la norma regulariza un terreno que figuraba como “espacio verde” desde 1984, pero que funciona con fines sanitarios desde hace tres décadas, permitiendo ahora su ampliación.

Por otro lado, desde la oposición y la propia Defensoría se ha advertido sobre la posible vulneración de la Carta Orgánica Municipal en lo referido a la intangibilidad de los espacios verdes y la falta de mecanismos de compensación adecuados.

Lejos de cerrarse, el debate parece escalar con nuevos actores y argumentos que mezclan la planificación urbana con la disputa política local.